... Bueno, de aquí a no se sabe cuándo, este blog sufrirá una merma en sus contenidos y en su imaginario. Este jueves, mientras estaba en
LLEIDA, alguien no tenía mejor cosa que hacer que coger un trozo de piedra, reventar la ventanilla trasera de un coche, abrir el maletero y llevarse todo lo que ha considerado de valor en él.
Así se han ido mi portátil, mi cámara de fotos, gran parte de mis archivos, proyectos más inmediatos, notas de ensayos, recuerdos y ganas en general. Una mierda, vaya.
Y, ante esto, hago varias reflexiones...
CULPABLES: yo y sólo yo. Así de claro. Con esta sociedad tan maravillosa que hemos creado, dejar algo de valor dentro de un vehículo fácilmente
asaltable, demuestra poca inteligencia. Por lo tanto, me considero el primer culpable, así que todo lo que venga
después no suene a rajada, por favor.
AUTOR DE LOS HECHOS: no lo sé. Ya quisiera. ¿Una gitana buscando género para el
mercadillo? ¿Un moro? ¿Un negro de esos que tanto hay por
LLEIDA? ¿Un
quinceañero pijín al salir del instituto que quería hacer algo guay? ¿Un padre de familia en crisis que no sabe cómo tratar de sacar su familia adelante? ¿Un pandillero gilipollas a la par que hijo de puta? ¿Un rumano?... La hipótesis que manejamos
FANY y yo es que se trata de un
drogata que necesitaba objetos para cambiarlos por dinero. Y que todo lo valioso circuló horas después por la magnífica
carrer Cavallers. Sea quien sea, un
hijoputa.
¿EVITABLE? Sí. Ya he dicho que la culpa es mía dejando cosas en el coche. Ahora bien. Me entristece cada vez que oigo a ciertos pseudo
progres lamentándose de que cada día la Policía nos tiene más controlados y de que hay cámaras de seguridad en la calle que
coartan nuestra intimidad. Ojalá fuera tan fácil. Delito en tal calle a tal hora, revisión de las cintas y problema resuelto. A mí que más me da que me vean pasear por la calle si no tengo intención de hacer nada malo. Que controlen los vídeos policías solteros, por lo que pueda pasar. Desde luego, el Policía (
mosso) que me atendió amablemente (en castellano) no es un ejemplo de abuso de poder, sino de todo lo contrario. Por cierto, en este país no hay bancos de
ADN, por lo menos no lo hay en
Catalunya. Es decir, que si a tu hermana la violan (Dios no lo quiera), nunca sabrán quién ha sido. Pero si esto fuera un país decente, tal cual la violan, tenemos el nombre, apellidos, domicilio y filiación política del agresor en un solo
click.
CIUDADANÍA: nefasta. Si a las nueve de la noche nadie oyó ni vio nada raro en plena
Avinguda del
Segre (creemos que fue a esa hora, y todavía hay gente por las calles, o se asoma uno al oír los cristales), es para mear y no echar gota.
CONCLUSIÓN: lo peor no es lo que he perdido en pasta (acepto donativos de mis lectores deseosos de que este blog conserve su frenética actividad). Lo peor es la enorme cantidad de cosas que ya nunca volverán. Los archivos que había ahí dentro. Eso es lo más lamentable.