martes, 4 de febrero de 2014

... O la vida de un actor en RUMANÍA ( y II)

... Estoy perdiendo facultades. Sólo así se explica que en mi entrada de ayer no os contara lo especial que fue para mí el vuelo. Y es que, sobrevolar en espacio de veinte minutos ZARAGOZA, LLEIDA, SABADELL, y BARCELONA, cuatro ciudades en las que he vivido, fue un hermoso recuerdo.
Ayer ya escuchamos ACCIÓN. En rumano suena como en inglés. Lo esperado. Profesionalidad absoluta del equipo que trabaja aquí, desde el director hasta al sonidista. Serios, parcos, silenciosos,  eficaces. Espero que alguien nos dedique esas palabras algún día. Rodamos sobre la nieve, con unos temblores de frío que hubieran hecho estar orgulloso al mismo STANISLAVSKI. Nuestro debut en el cine rumano se vio interrumpido por dos incidentes; una salida de trabajadoras de una fábrica textil del callejón donde rodamos (portazo en las costillas a mi compañera EDURNE incluido), y una serie de improperios dedicados por el conduxtor de un vehículo en la calle donde se grabó,  al no poder pasar. Me pareció escuchar claramente en rumano "TIRADPALLÁCONLACÁMARADELOSCOJONES".
Ayer vivimos lo mejor y lo peor. Y es que después de la escena de la nieve, una amiga de producción nos dejó su apartamento para rodar, pero no sólo su apartamento; su simpatía, su calor, unos tes y un exquisito dulce...
La mañana fue pintoresca, de compras con el equipo para mi personaje. Fuimos a un centro comercial, un antiguo SHOPPING MOLL, vestigio de la época comunista. La globalización llega, y fue como estar en LA GAVIA... pero con precios en rumano.  Eso y el loro del hotel lo más destacable.
Un buen día el de ayer, en el que me gané el pan y el pescado. Y no sólo por mis cualidades artísticas. Tener que empujar la maquilladora y yo un coche atascado en la nieve con toda nuestra mala hostia para volver al hotel después del rodaje, son cosas que abren el apetito.
Hablando de apetito, me espera el desayuno. Buenos días...


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