martes, 21 de junio de 2011

Así no pasen cuatrocientos años...

... Ha sido fabuloso. Sois una pasada, muchachos. El año pasado, a ZARZALEJO, quería llevaros un regalo. Una serie de circunstancias me impidieron terminarlo. Y ya era imposible reeditarlo.
Así que imaginad que en la última función os encontrasteis una cajita en el camerino, con cualquier tontería (el qué es lo de menos) el cómo y el por qué es lo de más y la respuesta es... PORQUE OS QUIERO!!!

Habría una serie de notitas escritas con mucho amor. Creo que dirían algo parecido...

A FADRIQUE, gracias por reconciliarme con la profesión. Por hacerme ver que un protagonista, u n actor de los pies a la cabeza puede ser humilde, sencillo, honesto y buena persona. No sé si encontraré más.
A CARLOS le diría COMPAÑERO!!! La verdad está ahí, y para encontrarla, me has quitado varios años de encima, me has devuelto el gusto por el teatro artesano, me has hecho mirarme en el espejo.
A LEONELO, no sabes la de ganas que tenía de compartir un momento ocioso contigo... y después de hacerlo lamento comunicarte que tendrás que repetir.
A FILIPO, por darle sentido a mi vida en Madrid, abrirme la puerta de lo que ahora tengo, de las personas que han llegado a ella, de los proyectos que compartimos... no le diría nada. Le daría un abrazo inmenso. Se lo daré cualquier día, qué coño.
A MARCIAL ¿hay tal? ¿Hay otro actor en el mundo igual de tonto que yo? ¿Hay otro cerebro más corrupto? Eres un grande, MARCIAL, y te quiero un montón.
A CELIA, agradecerle que respondiera a aquel muchacho que recién llegó a MADRID de nuevo, quedara a comer en LAVAPIÉS y se reanudara una vieja relación teatral.
A FLORA, que las actrices guapas y buenas suelen ser insoportables. Menos mal que ella rompe con el tercer axioma.
Al DUQUE le diría que se haga mirar la voz, porque no es tan estruendosa como lo es su compañerismo, sus ganas de crear buen rollo, su ilusión de niño de cincuentaytantos...
A OCTAVIO le diré que algún día haré como él: bordar un papel aparentemente inocuo. Brillar desde la nada. Qué gran lección, compañero.
A JACINTA, o CINTIA, que siempre me ha hecho sentir como en casa, y que espero que toda la confianza que ha puesto en mí le sea devuelta por 1000... ó 2000, según SAN BLAS.
A quien nos dio la LUZ... peroo qué grande sos, pelotudo. Yo también espero que sigamos trabajando juntos. Te has hecho querer...


Y al promotor de todo esto, al HOMBRE CEREZA. Gracias. Gracias por perder la paciencia tanto. Eso quiere decir que la tienes... Y un gran corazón. Como el de una que yo me sé y dos angelitos húngaros... ¡¡¡Suerte!!!

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