sábado, 3 de agosto de 2013

Sólo quiero conversar...

... Caminaba entrada la madrugada, en silencio, por las calles de mi ZiudaZ. Esa ZiudaZ que siempre sabe repararme y crear sueños nuevos, que me alivia, que me alimenta. Pasaba por una de esas placitas encantadoras que despiden el casco antiguo y le dan paso a mi calle. El silencio de la noche era delicioso y, de repente, se interrumpió.
   Se escuchaban varias voces, femeninas, charrando en animada conversación. Tenían los vasos de balón, donde antes hubo mojito, o cubata, consumidos, se veía que hacía tiempo que habían dejado de refrescar... Sin embargo continuaban allí, desafiando las cada vez menos sutiles pasadas del camarero para recoger la mesa de al lado, las sillas, desmontar la terraza y querer decirles, venga, chavalas, que ya es hora de irse a dormir...
   Ellas gesticulaban, charlaban animadas, movían los brazos... Vi tres pares de ojos. Lo echaba de menos. Ver a personas conversar con todo su cuerpo, ver destellos de luz en sus ojos... Lo de los destellos de luz es, por desgracia, lo más habitual. Porque entonces me acordé de otra pareja, que comió a mi lado, en un chiringuito de playa, en mi día libre anterior. Había destellos de luz en sus ojos, sí... procedentes de la pantalla de su móvil. Y sus manos... ¡¡¡no recuerdo sus manos!!! Estaban aferradas a su ventana al NOMUNDO, nada de buscarse, tocarse, acariciarse, tener un mínimo de complicidad...
   Especialista como soy en fracasos amorosos, lo pensé al ver a esa pareja. Tú lo que tienes que hacer es encontrar una pareja así, una pareja que no te obligue a dar nada, y así no habrá nada que agotar.
   Por fortuna ese delirio me duró cinco segundos. Por fortuna existen personas como esas tres amigas, cómplices, presentes, capaces de disfrutar de su momento, de respirar...
   Cogí aire y respiré, solo. Volví a casa. Puede que sea una de las personas que más mira el móvil que conozco, pero todavía me siento alrededor de una mesa con la esperanza de ver en ella miradas, y no notificaciones. Si alguien está conmigo, que me invite a un café...

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