sábado, 12 de enero de 2013

Per què deixar-ho...

... Y supongo que a una pregunta le sucede la otra, y puede que sea yo el que lea esta entrada varias veces y la deje repleta de comentarios, a ver si logro entenderlo para mí mismo.
   Así, a bote pronto, echando la vista atrás, creo que por fin he abandonado una de las etapas más oscuras de mi vida, un túnel que me abdujo, y del que, no es que no viera posibilidad de salir, es que ni siquiera me planteaba que la vida fuera de ese túnel pudiera ser mejor.
   ¿Cómo entra uno allá? Poco a poco. Renunciando a pequeñas cosas. Uno cierra una ventana una tarde, sus ojos se adaptan a la oscuridad, cierra la otra, va moviéndose cada vez en menos luz... y cuando quiere darse cuenta ya es de noche.
   Yo, amante incondicional del mundo, del paisaje, y de la luz, me encerré en las cuatro paredes de una casa. Paredes muy bonitas, muy bien pintadas, con todas las comodidades, hasta relativos lujos, pero paredes solitarias. Abría de vez en cuando para refrescar, pero era tan poco, que hasta las veces que lo hacía al final, ya mi cuerpo no podía ni asimilar la gran cantidad de oxígeno que entraba, y no era capaz de disfrutarlo, se evaporaba.
   Dejé de viajar. Dejé de soñar. Me conformaba con recordar mis sueños sí cumplidos. Me decía a mí mismo que quizá algún día se abriría la jaula, esperaba en futuro, pero dejé de vivir el presente... Tenía las estrellas pegadas en el techo de mi habitación así que...¿para qué quería más?
   Me fui apagando. Apagando. Apagando... Pero mi corazón es tan fuerte como frágil, y no pudo más. Se produjo LA REBELIÓN DEL MAR, y con las poquitas fuerzas que le quedaban se unió a los manifestantes. Derribaron los muros. Y aquí estamos.
   ¿Daños colaterales? Me cuesta amar. Me cuesta encontrarme con mí mismo. Me cuesta expresar mis emociones (maldita la gracia ahora que tengo un papelazo que preparar). Y creo que me cuesta escribir, pero eso ya lo iremos viendo poco a poco...

1 comentario:

  1. Describes perfectamente muchas de las cosas que he sentido en determinados momentos de mi vida, todos ellos con el mismo denominador común, el amor perdido por una otra causa.
    Me alegro de que al final veas la luz y empieces a sentir de nuevo que la vida es mucho más que respirar.
    Un beso

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