domingo, 7 de noviembre de 2010

Madrileñas en ARAGÓN

... Doble intercambio de momentos. Yo llegaba a mi ARAGÓN, con la idea de grabar un videobook (tres, para ser exactos y por cortesía, cómo no, de SAGIMEDIA).
También llegaba con la idea de disfrutar y hacer disfrutar, incluso con cierto aire de prepotencia, como queriendo enseñar un mundo nuevo a esas criaturas del asfalto.
Así fue, vive Dios. Creo que disfrutaron más en mis ojos, al ver cómo miraba la carretera camino de AYERBE, con O CAROLAN de fondo, que con todo lo que pudieran ver. Yo iba camino de mi Kiu particular, feliz, como cada vez que piso ese palmo de tierra.

Lo que no esperaba era que la magia madrileña se instalara en ARAGÓN. Siempre les digo a mis amigos que he encontrado personas muy especiales y que gracias a eso soy feliz en esta ciudad. Pero no esperaba que lo vivieran tan de cerca... Y eso que no vinieron todos, y que echar de menos fue poco.



Pero vi hablar, después de tanto tiempo, a dos amigos. Compartir confidencias y sonrisas. Abrazarse, casi.
Vi a mi buen amigo en mi salón, compartiendo una ÁMBAR a las siete de la madrugada. De repente estaba en mi sitio, y en el AGUSTÍN las tapas no se pedían hablando, sino cantando. De repente vamos a coger un canfranero, vamos a dormir bajo las estrellas, a hacer el amor (si nos dejan) en lo alto de la montaña, a recibir el año nuevo juntos...
Siguen cobrando fuerza los versos de QUIQUE GONZÁLEZ, en todos los lugares me siento un habitante más, pero es que también lo dice ISMAEL SERRANO: la ciudad parece un mundo, cuando se ama a un habitante. Cuando se quiere a tantos ya ni les cuento...

2 comentarios:

  1. Zaragoza se me presenta en la memoria, siempre, unida a tu recuerdo. No existe una Zaragoza sin Chorche como no existe un pulpo gallego sin pimentón.

    Que bonito es leer tu blog, viva tu optimismo, viva tú, y olé por tu manera de vivir. Ó - lé.

    Cervezas en oferta, siguen.

    ResponderEliminar
  2. Soy tu perfume entre desnudos, por cierto.

    ResponderEliminar