miércoles, 25 de agosto de 2010

Desde mi sofá...

... Quedaban cosas por contar, tantas, que una vez instalado de nuevo, en mi hogar madrileño, mirando atrás, a quince días que han parecido quince meses, o quince vidas, no puedo sino recordarlos con nostalgia, y dar la chapa a todo pobre infeliz que se acerca a visitarme.


TOULON. A veces un lugar, sin saber por qué ni cómo se convierte en referencia. Entra en tu mapa emocional y ya no saldrá nunca más. En TOULON, hace dos años, decidí olvidar a la persona que más daño me ha hecho en mi vida y amar a quien por aquel entonces era una promesa increíble de magia y alegría. Dos años después cierro el círculo con esta persona, con serenidad, agradecimiento y ni una gota de rencor.


ANZÁNIGO. Precisamente con el padre de esa persona pasé dos días en la montaña. El Pirineo aragonés. Mi tierra y su tierra. No hay nada más bonito que ver a alguien recordar, sentir una nostalgia plena del lugar donde ha nacido y del que ya no queda nada. Verlo reencontrarse con sus amigos de la infancia. Sonreír y derramar alguna lágrima. Me pregunto dónde haré yo estas cosas cuando sea grande, con la vida tan desperdigada que he llevado siempre.


LA PICA. También era otra prueba de fuego. Subir por primera vez una montaña y que sea mi amigo JESÚS el que reciba un mensaje desde la cumbre en lugar de estar a mi lado. Volví a casa a la mañana siguiente como de costumbre: con las uñas negras, las piernas cansadas, una sensación de paz que aún me dura, unas ganas inmensas de comerme el mundo a besos.
Pero con algo nuevo. Con la felicidad de haber sido capaz de "liderar" una expedición, la conciencia de saber que puedo subir a la montaña solo, con el miedo que da ver sufrir a alguien en una bajada, y con la maravillosa sensación de equipo, de ser uno y dos a la vez y haberlo logrado.
CAMBRILS. Menos bucólico, puede ser. Pero volver con tu madre al sitio donde ibas con tu madre y tu padre a tus quince años, tampoco tiene precio. Y encontrarte con tus compañeros de verano de entonces, comer en sus casas, recorrer los mismos lugares... Es muy bonito. Me daban ganas de volver a estar una semana por allí...
MADRID. Mi casa, ya mi hogar. Los gatos en el patio. El trabajo que ahora hago con una sonrisa. La vuelta a los ensayos y saber que cada noche puedes crear algo especial si la compañía es la adecuada (y siempre lo es). Dije que me llevaría la Pica a la ciudad y, de momento, estoy cumpliendo. A ver si venís a visitarme. Brazos y corazón abiertos...

1 comentario:

  1. Lo mismo le digo a vuesa merced sobre las visitas.. porcierto, Pilar me ha dicho de quedar, que me dirá algo.

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