martes, 14 de julio de 2009

Esas mañanas tan largas


... Hay mañanas de facebook, de cama y de sordina. Mañanas de nada, de vacío, de hastío, de holgazanería, de mierda.


Afortunadamente, hay otro tipo de mañanas. Son esas mañanas en las que un actor, yo en este caso, apura su desayuno dando vueltas a internet. Busca y piensa, se introduce en las páginas más inverosímiles, como la Universidad Católica del Uruguay, o un extraño sindicato, piensa en los entresijos de ser apoderado de sucursal bancaria en una extraña ciudad, piensa en peinados de los años 80, en lugares donde pudo conocer a su mujer, se plantea si la vida le parece justa o simplemente es una gran farsa en la que él ocupa un lugar destacado también.


Después, este hombre, este actor, tiene que ir a comprar, pero cuando sale a la calle procura que sea ese personaje del que todavía sabe tan poco el que vea las cosas que se va encontrando por la calle, el que juzgue, quien reaccione, el que se sorprenda o se indigne del espectáculo cotidiano. Busca en el emule, cambia su música actual por lo más techno de lo techno, o por VÍCTOR JARA, trata de hacerse con lo que oiría él. Sale a correr, pero trata de imaginarse que está en otro cuerpo y con otra forma física, que entrena por algo, o por nada, o que nunca lo volverá a hacer.




Son mañanas como ésta, en la que no voy sólo yo dentro de mí, sino que otra personita anida dentro de mí y tengo que saber escucharla a ver qué me dice. Las echaba de menos...


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