lunes, 2 de marzo de 2009

Oh la la

... Estamos ya casi de despedida, y saber que el año que viene no haremos esta gira hace que se vean todas las cosas de una forma especial.

La semana pasada estuvimos en Francia. Es una de las cosas que más voy a echar de menos el año que viene. Visitar los teatros franceses, su público tan educado, tan atento y por el teatro, su comida (qué bien comimos, madre mía), pasear por esas ciudades con tanto encanto...

Han tocado esta semana LYON y GRENOBLE, dos de mis ciudades favoritas. Lyon es como una París en miniatura, de hecho tiene hasta una torre Eiffel pequeñita, y pasear por la noche por ella es una delicia. Su casco viejo es de lo más bonito que he visto.
Grenoble es también muy bonito, está al pie de los Alpes, se ven las montañas nevadas desde toda la ciudad.
Tenía miedo de ir allá. El público francés es de los pocos que saben apreciar a SHAKESPEARE de los que vamos a ver (flipé cuando una mocosa de quince años me hablaba de Ricardo III o Titus Andrónicus con la misma familiaridad que yo podría hablar del Marca). Ante gente que sabe apreciar lo bueno, temía que GIANNI fuese encorrido a gorrazos por ser tan plasta, molesto e inoportuno al hacerse los trozos originales.
Pero no. Hice buenas migas con el público, sólo empañado por el momento en el que sacaba la camiseta de Italia (los franceses aún odian a un tal Marco Matterazzi). Hasta un profesor bajito me recitó poemas de un autor italiano.
Hasta pronto, será. Y en primavera. Niza y Marsella. No me puedo quejar...

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