He vivido dos veces allá. Viví un año seguido. Ocho meses y cuatro alojamientos diferentes. En Madrid un

Malviví. Me levantaba a las ocho, para hacer tu horita y media de transporte público. Llegas a clase, entre caras tristes y tristes andenes. Luchas, compites, te pegas con tus compañeros. Coges un metro. Comes en él. Triste tupper, solitaria paella. Oficina, estrés ruido. Sales de ella y corres por la Gran Vía para llegar al teatro. Actúas. Medianoche. Ni has respirado ni te acuerdas. Sólo queda coger un bus nocturno. Viajar entre suburbios y yonkis y encontrar una cama, parte de una casa que apenas te conoce. Quizá por eso sepan tan bien los buenos momentos.
De mi primer año en la ciudad no hubiera sobrevivido de no ser por PAT. Nunca me cansaré de darte las gracias y espero que disfrutes cuando vuelvas a tu plaza, que creo que la siguen cuidando.
Y de la segunda estancia... la noche y el día. De ángel a demonio. Mi primo, el p
Volveré el año que viene. Será de nuevo mi ciudad. Mi ciudad, y en este caso, la compartiré con una chica maravillosa. Pero el pasado es el pasado y es de muchos de vosotros. Y si no doy ni un nombre es porque no falte nadie. Gracias por hacerme habitar esta locura...
aysssssssssss... que buena crema se come en esa ciudad letal. Solo hay un sitio con temperatura constante, como sabra usted, el sotano del bar Crespo
ResponderEliminar