lunes, 12 de marzo de 2018

Hellville Deluxe

... Siempre he pensado que la belleza de una amante es un dato superfluo. En el fragor del amor, en el cuerpo a cuerpo más íntimo, se esta tan cerca de la persona amada que el cuerpo físico se diluye y se pierde la visión.
   Algo pasa cuando se viven las mejores etapas de la vida de uno. Cuando la felicidad es tan plena, viene con tan naturalidad que puede que uno no sea consciente de vivirla.
   Algo así he pensado hoy. De noche cerrada, por EL PUERTO DE SANTA MARIA. Al fondo las luces de Cádiz. Mañana actuamos allá. Toda la vida soñando una vida de actor. Giras. Viajes. Textos bonitos que tener en pie. Y aqui está. Y como los sueños son sencillos, hay que pararse a disfrutarlos, porque no suelen sonar violines.
   Así que, gracias, vida. Por parar de vez en cuando y en lugar de violines regalarme el rugido del mar.

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