martes, 5 de febrero de 2013

Hablemos de Nacionalismo...


... no os sonará extraño. Es un tema muy de moda y recurrente estos días. Os recomiendo que os pongáis cómodos con ESTE VÍDEO. La imagen queda borrosa. Como dentro de un mesecito quizá mi pequeño país. Borroso y lejano...

   Hay muchas clases de nacionalismo. Está el nacionalismo económico (aquel que utilizan unos individuos para sacar más dinero) el nacionalimo de dominación (aquel por el que una serie de individuos se consideran superiores al resto y les imponen una dominación de la clase que sea), el nacionalismo deportivo (vivo en el mejor país del mundo porque hemos ganado el Mundial), el nacionalismo apropiante (aquel que hace que don MIGUEL SERVET o el ANETO hayan dejado de ser aragoneses para algunas mentes pensantes), el nacionalismo cortina (hablemos de nacionalismo y no hablaremos de otra cosa)...

   Yo no sé hablar de ellos. Yo, si hablo de nacionalismo, o de mi nación, sólo puedo hablar de sentimientos. El sentimiento único, genuino, inigualable, irrepetible, de abrazarme con una cuatribarrada mientras suenan los acordes de JOSÉ ANTONIO LABORDETA. Las lágrimas que brotan ante los primeros acordes de las gaitas, al respirar ese aire de los pueblos del PIRINEO, el sentirme como en casa al ver un porrón, preparado para mí, por mis vecinas, para mí y para todos. La congoja al oír cantar o hablar en aragonés, un idioma que es el mío, que desconozco y que perdí...
   Mi nacionalismo es aquel que me hace volver, que no me permite vivir en otro lugar sin pasarme por casa con cualquier excusa, que me hace no dejar de pisar la calle, descubriendo cada una de las sorpresas que me reserva cada día, cuando estoy en mi ZiudaZ. Mi nacionalismo es echarte de menos allá donde estoy. No pensar más que en ti. Cerrar los ojos y estar en TERUEL. En BOLTAÑA. En BELCHITE. En SAN CHUAN DE PLAN... con unas ÁMBAR, y un partido de mi ZARAGOZA.
   Podría ser más rico. Podría ser de otra tierra. Podría estar mirando la CHAMPIONS. Podría ser capital de reinos más importantes. Sé perfectamente que en mi tierra no somos los mejores. En casi nada. pero yo la amo como es. Por eso soy, cada día, más nacionalista...

 

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