Me gusta sentirme un llanero solitario al volante, esquivando unas curvas que conozco ya a la perfección, escuchar mi música... Cada vez que cojo el volante para ir a actuar me siento vivo. El pase comienza en la carretera. Es quizá esa sensación de ser un marinero, como me definió una amiga hace poco, un alma errante, un corazón dividido, una aventura nueva por comenzar. Me gusta llevar mi coche lleno de polvo del camino, y todavía tiene hueco para más.
Este viaje tuvo su gracia... Parada técnica en LA ALMOLDA, pueblo que os fotografío, para recoger a mi buen amigo ANTONIO y bajar a almorzar a BUJARALOZ. Dos huevos fritos...y una ESTRELLA DAMM. Lamentablemente, Catalunya empieza más a la izquierda de Fraga.
En cualquier caso, continuamos viaje hasta mi nueva ciudad. De la actuación en RIPOLLET poco orgulloso puedo estar. Estuve flojo, lo sé. Tengo que cambiar el chip y las rutinas holandesas y adaptarme a los compañeros y la calle. Llegará. El verano se acabó y comenzamos de nuevo. Mil viajes que contar... Iréis sabiendo.
¿Cómo puede gustarte la N-II? Ostia, pero mira que eres rarito... juajuajua!!!
ResponderEliminarBesitos!
Goooodddmoooorrrnniiinnngggg Chorche!!
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