
Tenía su cierto interés y resultaba incluso entrañable ver a los profesionales que nos informaban por aquel entonces.
Pero a partir de los finales 90, la cosa se empieza a degradar. Empezamos a ver cancioncitas de cabaret de los presentadores, en plan ANA OBREGÓN cantando Chicago, artistitas de la mediocridad, y lo que es peor, paletos, golfos y maleducados de los que ya hablé en otra ocasión (afortunadamente no salió la de la rajita del eso porque trabaja en otra cadena). Profesionales de la talla de MATÍAS PRATS han dejado su paso a profesionales de la talla de CAMPUZANO.
Uno observa que las cosas van a peor. Visto lo visto no pienso perderme el 40 aniversario. Porque me cabe la duda de si lo presentará una tapa de alcantarilla o un cilindro de mierda con corbata y americana.