Larga vida al Café de Levante...

... Ayer por la tarde fui un poquito más feliz. El motivo, mi visita con mi madre a este maravilloso café. Fundado en 1895, café más antiguo de Zaragoza, es un lugar donde refugiarse en la dulzura de una leche merengada, o de un combinado como en pocos sitios saben hacer.
No recuerdo la primera vez que fui. Seguro que fue con mi abuelo JOAQUÍN. Seguro que él, desde el cielo (o desde donde esté, porque era rojo perdido, el tío), sonríe al saber que su nieto habla con el nieto de su amigo y fundador del café muchas tardes, y que al igual que la familia que preside el café se ha perpetuado, los Andolz también seguimos participando de este lugar.
Es uno de esos lugares llenos de alegría, donde te atienden con voz cantarina y una exquisitez en el trato propia de la preguerra, cuando los señores eran señores y llevaban sombrero.
Dirige ahora un joven, cuya edad ignoro, pero joven ,definitivamente aunque tenga ya hijos, cuarta generación de su familia. Lo heredó de su padre, él de su abuelo, éste del bisabuelo, que lo fundó... Y nos demuestra cada día que servir al cliente en la barra o la terraza puede también ser un arte si se hace con cariño, con respeto, con ilusión y con esa chispa de magia que genera la tradición del lugar.
Zaragozanos que leáis este blog. Os recomiendo la visita. Sentaros en su terraza, o en los salones. Id con vuestra pareja, o con un amigo, mirad la tarde pasar. Tomaros un blanco y negro, despacito, mientras leéis un buen libro. O charlad en esas mesas, y pensad la de conversaciones importantes, amorosas, de negocios, que se habrán producido allí antes. Quizá veáis entrar a JOSÉ ANTONIO LABORDETA, o a las inefables damas de caniche y visón que tanto gusta observar. O las tremendas minifaldas que se pasean por el Paseo Pamplona. Es la vida. Es historia de Zaragoza. Disfrutad...