... Así se autopresentaba él en el título de sus memorias, Memorias de un niño de 84 años. Dejó de escribir hace dos. Tal vez no sea anecdótico. Quizá no tenía nada que escribir, quizá comenzó a morirse justo entonces, de la tristeza de ver a su hija AZUCENA encarando su final.
Mejor así. Ese libro es nostálgico, pero tiene un final feliz. El de una persona que ha vivido de todo, pero sobre todo que ha amado y ha visto germinar su amor.
El ABUELO BOMBA, como le bautizaron en un programa televisivo, el abuelo que hizo levantarse a todo un hall de un hotel de Buenos Aires que no podían creer ver a ese viejito saludándoles por la web cam, el que se atizaba unos platos terroríficos de garbanzos para decir sin sonrojarse que le había sentado mal la ensalada...
Han pasado muchos recuerdos y muchos momentos, como recoges en tu libro (sublime cuando te torciste el pie por pegarle una patada a una vaca que no te hacía caso).
Releeré con atención cada episodio. Me ayudaron a conocerte mejor, y ahora lo harán a recordarte. A mí y a todos, que te echamos de menos. En fin, no todos. La YAYA, la AZU, la TÍA MARTA y el ANTONIO, GONZALO... por no hablar del BOSSMAN, ya deben de estar contentos. Por fin están contigo. Dales muchos recuerdos...
FORMACIÓ PROFESSORAT
Hace 5 años
lo siento mucho , me he enterado hoy por Julia. Un abrazo Alex
ResponderEliminarnos ha dejado todo un caballero, doy fe.
ResponderEliminarHasta la vista Jesús.