En todas las ciudades me siento un habitante más...ZARAGOZA

... Hace ya días que quiero rendir un homenaje en este rincón a los lugares en los que he ido avanzando por la vida. Soy lo que soy ahora y lo que he sido. No sé lo que seré. Pero doy las gracias a todas y cada una de mis ciudades, de mis escuelas, de mis amigos, de mis ex-novias.
No creo que haga un apartado de todas y cada una de ellas pero... de las ciudades sí. Comenzaré por la mía...

http://es.youtube.com/watch?v=R7wvdxqDh14

LA CIUDAD DEL VIENTO... Zaragoza es cierzo, y esta canción de QUIQUE GONZÁLEZ bien podría estar dedicada a ella. Zaragoza me vio nacer. Yo no me acuerdo. Era muy pequeñín. En Zaragoza he vivido ininterrumpidamente hasta los 23... y ahora puede que haga varios años que no paso en ella una semana entera. Y a veces me siento desubicado. Tengo la sensación de tener más pasado que futuro, o que presente, de no tener nada que hacer, y a veces duele. Pesa. Amo Zaragoza, pero es en la única ciudad de España en la que no puedo trabajar. En la que, a veces, me siento fracasado.

Pero ZARAGOZA son miles de cosas. Son las tardes de guitarra y cerveza en el Cabezo. Desde ese parque se divisa la ciudad, y somos HÉROES DEL SILENCIO, y somos LOS SECRETOS, y somos hasta EL CANTO DEL LOCO. La voz de JESÚS siempre me pone los pelos de punta...

ZARAGOZA es MONTAÑANA, mi familia. Las comidas en casa de mis abuelos, o las excursiones a pueblos de buen yantar. Pasado ya... Falta tantísima gente que parece mentira que alguna vez haya sido cierto. Pero sí, lo fueron, como los barcos que me enseñó a hacer mi abuela, como el portal de Belén que encargué a mi abuelo JESÚS para aprobar manualidades, como todas las veces que he hecho rabiar a mi primo ANDRÉS...

O las tardes de domingo en la Romareda. Mi padre, mi tío, mi abuelo y yo. Cuatro generaciones animando a nuestro equipo. Otoños, inviernos y primaveras de REAL ZARAGOZA, de ser campeones de Copa, de la Recopa, de casi bajar a Segunda, de ver el partido del Plus con un sandwich hecho por mi tía...

Mis bares de siempre. El SEBASTIÁN. LA CAJA DE LOS HILOS. Murió algo de mí cuando cerraron los dos. Volver a casa tajao perdido a altas horas de la noche, después de oír a SALAFRANCA entonar sus míticas coplas, o filosofar o soltar parida tras parida con el bueno de JORGE (que te vaya muy bien, amigo), o de jugar al escondite con CARLOS por la ciudad... Cualquier noche es buena para encontrar un regalo, mi querido vecino ya entiende de esto...

Siento haber sido muy largo en esta entrada (a JAUME no le gustará). Pero es mi ciudad. Es mi vida. Y tiene todavía micho que ofrecerme. Así que brindo por los rincones que aún me quedan por conocer...