lunes, 28 de enero de 2013

Caminemos juntos, hasta la extinción...

... Hace ya tiempo que vengo pensando que caminamos hacia un exterminio controlado. Recortes en Sanidad, peores condiciones económicas para la población, empobrecimiento paulatino... El objetivo es ir haciendo desaparecer a un buen puñado de españoles, que somos muchos y los recursos no llegan para todos. Pero no, no os voy a hablar hoy de mis devaneos politiqueros, que últimamente no sé opinar de política con elegancia.
   El motivo de esta entrada es comentaros como el Ayuntamiento de Zaragoza se ha puesto manos a la obra con esta OPERACIÓN EXTERMINIO, y lo está haciendo de manera eficiente.
   Andaba yo el otro día por mi ZiudaZ. debo decir que andaba despistado. Quiero decir, que llevo todavía pocos días en ella, y ando como niño con zapatos nuevos, y voy encantado, mirándolo todo, y no puede ser. Fijaros si iba despistado que me había bajado de la acera, y si no es por un claxon salvador y unos juramentos que no me atrevo a reproducir (si no voy a verter insultos hacia los políticos, menos aún hacia mí mismo), ahora mismo tendrías que leer mi blog mediante ouija.
   -"Pero hombre, CHORCHE" - me reprochaba a mí mismo. -"¿Cómo andas tan encantado de la vida como para bajarte de la acera sin enterarte?"-
   Me puse a buscar el medio de retornar al lugar para paseantes, habilitado al efecto. Y ese fue mi gran error. Es decir, las inmediaciones del Mercado Central se han convertido en una suerte de zona mixta en la que tranvía, peatón, coche, moto o turismo pueden coexistir en paz, armonía y atropellos.
   ¿Por qué digo eso? Lanzo un desafío a mi paciente lector. Mire la foto que realicé, y trate de averiguar cómo se delimitan las zonas para cada usuario de la vía, qué separa ruedas de zapatos, qué disuade a los abuelos y a los actores despistados a pasear por donde no se debe. Por no hablar de japoneses, adictos al sistema Android, o chicas de un pueblo de LLEIDA, que no hayan conocido el tranvía hasta venir a la ciudad, y vayan a pasar en nuestras calles dos días para visitar a su novio, por poner algún ejemplo. Añadan nocturnidad y el resultado sólo puede ser una bonita suma de accidentes, atropellos, frenazos...
   Así, pronto reduciremos el número de parados en ZARAGOZA. Aumentaremos además el personal destinado a los hospitales. Si es que no saben enfrentarse a la crisis como aquí...

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