... Saliendo del ascensor que sube a la SEU VELLA se hace la paz, entre cánticos, risas y chanzas. LLEIDA está abajo, majestuosa, y a mi espalda, su emblema. ¿Majestuosa? No hay nada más grande que la sencillez, la humildad, y eso le confiere a la ciudad del SEGRE un carácter tan auténtico.Miro sus calles, abajo. He paseado por ella. Hubo un CHORCHE que caminó por ella, hace bastantes años, y que hoy me miraba. Un CHORCHE que hoy veía a otro, con nuevos nombres en el corazón, nuevos logros, nuevas preocupaciones... Miro a mi pasado con una nostalgia brutal, pero alegre.
Después, un maño (se escuchó ayer el himno del ZARAGOZA por las calles de LLEIDA) se volcó y lo vivió como uno más. Y se hartó de saludar gente por los Camps Elisis.
Al día siguiente, siempre con su camiseta del BARÇA firmada por ESPERANZA AGUIRRE, no tiene precio, más recorrido por pueblos y calles, balcones con la senyera, cuatribarrada, o como le llamemos, gastronomía típica del lugar...
Echo de menos aquesta ciudad. En Madrid hay trabajo y, sobre todo, dos o tres nombres propios que me hacen vivir allá. Pero cada vez que vuelvo aquí, recuerdo que existe una ciudad sencilla, pobre, y a la que amo con locura. Y así, parafraseando a mi amigo JOAN BARÓ:
AIXO NO MES ES UN CONTE PER EXPLICAR,
QUE AQUI AL OEST ES ON MILLOR VIDA SE FA...


