... Hablar de LLEIDA es difícil. Me lo ha dado todo. LLEIDA es la ciudad a la que no quería ir. A la que llegué sin ganas y sin esperanzas, y como casi siempre en la vida, de dónde menos esperas recibes cosas que ni te imaginabas ni te atrevías a soñar.
Todo empezó con relativa tranquilidad. Un pueblo pequeño, muy pequeño, en el que si sus habitantes llevaran cuernos podría hacerte pensar en la aldea irreductible de Astérix. Después de ensayar, tardes de campo, bicicleta, paseos entre frutales, lecturas y algún rezo. Una vida sosegada, cenado a las siete de la tarde, un bar del pueblo donde ver los partidos de la Champions rodeado de negros que jaleaban, ora a Eto'o, ora a Diarra... Una vida tranquila. Quizá demasiado. Aquella fue una segunda familia para mí. ROSA fue mi segunda madre, ya es suerte tener una como la que tiene el que escribe, pues imagínense dos...
Pero una cabra joven como yo acaba tirando pal monte, siempre. Empecé a bajar a la ciudad, animado por JAUME. Allí conocí a sus alumnos, iba a verles a clase, disfrutaba mucho siguiendo su proceso a la ves que recordaba el mío. Una de sus alumnas, MAR, se convirtió en mi primera amiga en la ciudad. Bajaba a cenar con ella y su novio, KIM, superamos juntos algunas penas, comí en su casa un montón de veces, salimos de marcha... Cada vez me gustaba más bajar allí. El grupo de alumnos de primero iba siendo cada vez más un grupo de amigos para mí... Y también conocí a las dos chicas de segundo. Con una de ellas empecé a tontear desde el principio, aunque la chica tampoco me hacía mucho caso, la verdad... pero siempre me sonreía al llegar al aula y verla. Hasta que un día salí con ella y un grupo a cenar. Cada vez hablábamos y nos picábamos más... Cada día me gustaba más. Esa chica se llama FANY, y por si no tenía bastante con una familia, un grupo de amigos, y una estabilidad en el trabajo que nunca había tenido, fue otro regalo que me ha hecho esta ciudad, esta etapa de mi vida.Ahora las cosas son diferentes. Vivo con ella (y con algún individuo más) los días que estoy allí. Es la primera ciudad en la que me quedo dos años. Por algo será. Trabajo con dos compañías, tengo proyectos para el futuro, una relación que me sorprende cada día... pero lo mejor de todo es que, si me faltara todo esto (que es mucho), seguiría teniendo a unas personas increíbles. Algunas salen ahí abajo, otras no. Pero todas le dan sentido a este año. Gracias amigos. Se os quiere.
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