... Esta tarde, un mar de lágrimas salía de debajo de la cara de la mascota de EFTELING. La chica que la llevaba puesta terminó de trabajar, se sentó en la mesa, nos pidió un cigarro, y lloró durante un rato.
Esta noche, le dedico mi espacio. Aunque no vaya a leerlo, aunque no sepa mi idioma. Le dedico y le doy las gracias a todas las personas y a todos los actores del mundo que, llorando por dentro, han tenido la fuerza de regalarle a los demás una sonrisa. Gracias...
... Nunca se sabe cuándo le puede tocar a uno. Autodedicatoria. No es la primera vez ni será la última. El teatro es maravilloso...
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