
... A veces tengo para escribir mil sentimientos y sólo dos dedos (tengo diez, pero soy torpe). Esos días tengo la impresión de que nada de lo que escriba podrá reflejar una vivencia. Esta noche me pasa.
   Supongo que actuar en la 
Fira de 
TÀRREGA es el sueño de cualquier actor catalán. Y yo, que soy una especie rara de catalán, nacido en Zaragoza (y aragonés por los cuatro costados) lo he cumplido.
   Y eso que, si lo piensas, actuar y tratar de hacerlo con un mínimo de responsabilidad e
s una putada. Uno se ve a las dos de la mañana en mitad de una 
batukada y lo único que desea es dejarse llevar. Allí cada dos segundos tienes un plan, a cual mejor. Gente que no conoces te hace hueco en su tienda de campaña, pero tú, que llevas dos semanas con fiebre, sólo quieres un 
jodido techo donde dormir... o no actuar mañana y ser devorado por esa espiral de cerveza, amor, porros, música y alegría que te ronda.
   Pero siendo un "niño bueno" también se puede ser muy feliz. Cosas que pasan en 
TÀRREGA... como ser un puto maño y que cada hora te pare por la calle una persona. ¿Pero tanta semilla he dejado en esta tierra? Sí debe ser cierto que toda 
Catalunya se concentra en 
TÀRREGA estos días, por lo menos en proporción a las personas de todas partes que me he ido encontrando. Cada amigo recobrado, aunque sea por unos minutos, es una 
pequeñita dosis de luz en mi cara.
   Así es fácil actuar... pero por si no tuviera bastante con ver a gente de años atrás, me he sentido tan arropado... Mi familia (qué hermosa palabra) ha tenido la resolución de desplazarse para ver una obra de teatro en una lengua 
ininteligible para ellos. También han dado fuerza PATRICIA y sus secuaces. PATRICIA es una chica muy especial, porque se ha tragado la obra ya dos veces, y una de ellas hasta pagando. 
ERIC, ALBA, 
ANNA, que se han sacado entrada para el siguiente pase. Y 
MERI, que cada día se me hace más natural verla.
   Es bonito, porque tú estás allá, ves a tanta gente con ganas de ver teatro, y tú eres parte de eso. Tienes una credencial, que no utilizas porque te parece de notas, pero tienes la credencial. Puedes entrar a la sala 
VIP, y te das cuenta de que en el fondo está llena de degenerados, como tú. Pero eres un 
degenarado con clase, como ese tío de 
GIRONA al que tanto admiras y con el que has de parlar.
   Pero lo más genial es cuando te encuentras con una 
payasa. Crees reconocerla. Te acercas a ella y no estás seguro, la llamas por teléfono. No te lo coge. ¿Será porque está actuando? Y al día siguiente quedas con ella, ya de ciudadana sin nariz colorada, y te sientes feliz. Esa chiquilla hizo teatro contigo de 
profe y ahora es una de las mentes más interesantes que conoces, y se enganchó al teatro.
   Teatro, teatro, 
Tàrrega, teatro, todo...