Caminemos juntos, hasta la extinción...

... Hace ya tiempo que vengo pensando que caminamos hacia un exterminio controlado. Recortes en Sanidad, peores condiciones económicas para la población, empobrecimiento paulatino... El objetivo es ir haciendo desaparecer a un buen puñado de españoles, que somos muchos y los recursos no llegan para todos. Pero no, no os voy a hablar hoy de mis devaneos politiqueros, que últimamente no sé opinar de política con elegancia.
   El motivo de esta entrada es comentaros como el Ayuntamiento de Zaragoza se ha puesto manos a la obra con esta OPERACIÓN EXTERMINIO, y lo está haciendo de manera eficiente.
   Andaba yo el otro día por mi ZiudaZ. debo decir que andaba despistado. Quiero decir, que llevo todavía pocos días en ella, y ando como niño con zapatos nuevos, y voy encantado, mirándolo todo, y no puede ser. Fijaros si iba despistado que me había bajado de la acera, y si no es por un claxon salvador y unos juramentos que no me atrevo a reproducir (si no voy a verter insultos hacia los políticos, menos aún hacia mí mismo), ahora mismo tendrías que leer mi blog mediante ouija.
   -"Pero hombre, CHORCHE" - me reprochaba a mí mismo. -"¿Cómo andas tan encantado de la vida como para bajarte de la acera sin enterarte?"-
   Me puse a buscar el medio de retornar al lugar para paseantes, habilitado al efecto. Y ese fue mi gran error. Es decir, las inmediaciones del Mercado Central se han convertido en una suerte de zona mixta en la que tranvía, peatón, coche, moto o turismo pueden coexistir en paz, armonía y atropellos.
   ¿Por qué digo eso? Lanzo un desafío a mi paciente lector. Mire la foto que realicé, y trate de averiguar cómo se delimitan las zonas para cada usuario de la vía, qué separa ruedas de zapatos, qué disuade a los abuelos y a los actores despistados a pasear por donde no se debe. Por no hablar de japoneses, adictos al sistema Android, o chicas de un pueblo de LLEIDA, que no hayan conocido el tranvía hasta venir a la ciudad, y vayan a pasar en nuestras calles dos días para visitar a su novio, por poner algún ejemplo. Añadan nocturnidad y el resultado sólo puede ser una bonita suma de accidentes, atropellos, frenazos...
   Así, pronto reduciremos el número de parados en ZARAGOZA. Aumentaremos además el personal destinado a los hospitales. Si es que no saben enfrentarse a la crisis como aquí...

Un día perfecto...

- Me despierto en el BAR MARY.
- Desayuno con CACAOLAT.
- Salgo a correr por el EBRO.
- Tomo vermú en el AGUSTÍN.
- Como con mi familia.
- Visita a LA ROMAREDA.
- Buena sesión de ensayo.
-Planificar viaje a la montaña.
- Bebo unas cuantas ÁMBAR.

... EN LA ÚLTIMA SEMANA SE HAN CUMPLIDO TODAS Y CADA UNA DE LAS COSAS. SEGUIREMOS SOÑANDO...

Odio a los periodistas...

 ... Pensaba motivarme y hacer en este pequeño espacio que tengo al mundo una pequeña práctica de crónica periodística. Salí de mi casa, la otra mañana, a recorrer las pocas calles que me separan del barrio donde nací. Allí, en la Iglesia de SAN PABLO, se celebraba el día de SAN ANTÓN, el patrón de los animalicos.
   Si una cosa me gusta de ZARAGOZA, es ese saber conservar las tradiciones, esos pequeños gestos que se mantienen de generación en generación, y dan un toque más humano, de más calor, a la ZiudaZ.
   Así que allá llegué, a una plaza de SAN PABLO abarrotada de bichos de toda clase. Posaban orgullosos en las manos de sus dueños, algunos, incluso se subían a su espalda con ensayado movimiento, provocando los aplausos del respetable.
   Entonces pensé en hacer una crónica, como si yo fuese afortunado escritor del HERALDO. Iba haciendo fotos, captando la esencia de cada uno de ellos. Hablando con LOLO, la iguana, o con el conejo mofletudo que buscaba alojamiento, viendo a una señora tan siamesa que se había mimetizado con su gato.
   Por allí andaban los periodistas de verdad. Una joven, muy joven, que a pesar de eso se movía con desparpajo. No digáis eso, decid esto otro, les decía a unas chicas antes de grabar la entrevista. Ya me empezó a caer mal.
   Pero mi punto de indignación llegó con el telediario de las tres. El parte, que cada día se parece más. Allí dieron cuenta de la celebración de SAN ANTÓN en MADRID... y VALENCIA. Y entonces apareció LOLO, la iguanica, con su cinta de la Virgen del Pilar en el lomo que, sin saberlo ni beberlo, había realizado un viaje de 318 kilómetros hacia el centro, siempre hacia el centro, como toda la plaza de SAN PABLO, como todos los que allí estuvimos.
   Y pensé en lo insignificante que hubiese sido decir que eso era ZARAGOZA, pero no. Y como esta pequeña mentira no conlleva ninguna maldad ni beneficio para nadie (imagino) me pregunto qué no nos ocultarán-falsearán-trampearán-escamotearán cada día.
   Y no sólo los periodistas. Hablo también de esos pseudoinstitutos históricos que tengo ciento cincuenta kilómetros pasada la raya, a la derecha, que ayer dieron a MIGUEL DE SERVET como catalán ilustre al haber nacido en VILLANUEVA DE SIJENA. Así nos las den todas...

Empate a cero, a nada, a vida vacía...

... Acabo de venir de LA ROMAREDA. Me han invitado a ir, y un partido de Copa siempre es un partido de Copa. Emoción pura. O eso debería ser.Me quedo con una sensación agridulce. Agri, por lo que os desarrollo en este post, dulce, porque después me han invitado a cenar.

   El partido en sí ha sido uno de esos tantos partidos que abundan en nuestras competiciones. Dos equipos que no arriesgan lo más mínimo, esperando un error del rival para marcarle un gol, que juegan con una apatía y una tristeza que se contagia a la grada. Les ha faltado fichar tras el partido, vaya.

   Me da que pensar. Si existe un colectivo afortunado laboralmente hablando en estos tiempos que corren, éste debería ser quizá el de los jugadores de fútbol. Pongamos el caso de un jugadorcillo del ZARAGOZA, mal pagado en relación a sus colegas de profesión, o sea, unos 15.000 euros al mes. 

   Ahí quería yo llegar. Yo, por 15.000 euros al mes, salto al césped con la pelota en la nariz, al estilo foca, haciendo malabarismos con un botellín de agua en las orejas, moviendo las caderas al ritmo de BISBAL, y con una sonrisa en los labios que no se me borra ni perdiendo tres a cero. Ya hay bastantes trabajadores desmoralizados en este país, con unas condiciones bastante peores que los de esta gente. ¿Será una plaga del mundo contemporáneo? ¿LA APATÍA?

   Acaban de darle el premio a mejor jugador del mundo a un pequeñajo que, cada vez que coge el balón, crea magia, no sabes por dónde te va a salir. Hoy, no he visto a ninguno de los jugadores, ni de ZARAGOZA ni de SEVILLA, tratar de demostrar al mundo que son los mejores del mundo.

   Llévalo a tu terreno. Lo llevo yo al mío. ¿Eres el mejor en tu trabajo o solamente cumples con tu presencia? ¿Das todo lo que tienes dentro? ¿Irradias alegría? ¿Qué haría yo si me cogieran en un Parque Temático y tuviera la oportunidad y el privilegio de hacer varios pases al día de mi trabajo y además poder vivir de ello? ¿Haría como el pequeño argentino o buscaría mil excusas para sobrevivir como un mediocre?

   Espero que estos días, el profesor de matemáticas de clases particulares  la pequeña periodista de un diario local, el señor que da de comer a los trabajadores del polígono industrial, la enfermera que cuidará a los que no pueden cuidarse, sepan que son únicos, y que su trabajo es un arte, y puede hacer felices, o cambiar la vida de los demás. Espero que la gente que vaya al parque, si viene a verme, salga con lo mejor de mí mismo. No tengo ningún derecho a darles menos...

   

Per què deixar-ho...

... Y supongo que a una pregunta le sucede la otra, y puede que sea yo el que lea esta entrada varias veces y la deje repleta de comentarios, a ver si logro entenderlo para mí mismo.
   Así, a bote pronto, echando la vista atrás, creo que por fin he abandonado una de las etapas más oscuras de mi vida, un túnel que me abdujo, y del que, no es que no viera posibilidad de salir, es que ni siquiera me planteaba que la vida fuera de ese túnel pudiera ser mejor.
   ¿Cómo entra uno allá? Poco a poco. Renunciando a pequeñas cosas. Uno cierra una ventana una tarde, sus ojos se adaptan a la oscuridad, cierra la otra, va moviéndose cada vez en menos luz... y cuando quiere darse cuenta ya es de noche.
   Yo, amante incondicional del mundo, del paisaje, y de la luz, me encerré en las cuatro paredes de una casa. Paredes muy bonitas, muy bien pintadas, con todas las comodidades, hasta relativos lujos, pero paredes solitarias. Abría de vez en cuando para refrescar, pero era tan poco, que hasta las veces que lo hacía al final, ya mi cuerpo no podía ni asimilar la gran cantidad de oxígeno que entraba, y no era capaz de disfrutarlo, se evaporaba.
   Dejé de viajar. Dejé de soñar. Me conformaba con recordar mis sueños sí cumplidos. Me decía a mí mismo que quizá algún día se abriría la jaula, esperaba en futuro, pero dejé de vivir el presente... Tenía las estrellas pegadas en el techo de mi habitación así que...¿para qué quería más?
   Me fui apagando. Apagando. Apagando... Pero mi corazón es tan fuerte como frágil, y no pudo más. Se produjo LA REBELIÓN DEL MAR, y con las poquitas fuerzas que le quedaban se unió a los manifestantes. Derribaron los muros. Y aquí estamos.
   ¿Daños colaterales? Me cuesta amar. Me cuesta encontrarme con mí mismo. Me cuesta expresar mis emociones (maldita la gracia ahora que tengo un papelazo que preparar). Y creo que me cuesta escribir, pero eso ya lo iremos viendo poco a poco...

per què tornar-hi...

... Nadie se me asuste. No pienso ponerme a estas alturas a escribir mi blog en catalán. Si pongo este título así es por un motivo, o quizá por unos poquitos, es un pequeño homenaje, pero no va a ir más allá.
   Aunque, bien mirado, y a estas alturas de la película, ¿hay alguien ahí? creo que da igual que escriba en catalán, arameo o bielorruso clásico. Quienes quedaran siguiendo, repasando, descubriendo, espiando o lo que fuera este blog habrán encontrado ya muchas cosas que hacer, no me cabe la menor duda. Más que nada porque han tenido tiempo más que de sobras...
   ¿Y que escribir, para nadie? O dicho de otra manera... ¿PER QUÈ TORNAR-HI? Puede que por algunos rostros concretos, que me han iluminado, a lo largo de estos meses, y me han ido diciendo que echaban de menos leer, que leyendo mi blog llegaban a conocerme, a saber de mi estado, de mi alma, de mis sueños... También porque a lo largo de mi vida he desarrollado una extraña habilidad para la inestabilidad, para dejar atrás ciudades, sueños y personas, que se van diluyendo, borrando, y que si yo escribo aquí puede que sea como contarles que sigo caminando... Y quizá hasta gracias a ello vuelva a ponerme en contacto con ellos.
   O quizá sea, simple y llanamente, porque lo echaba de menos. Porque esta pantalla en blanco fue mi mejor manera de rezar, de estar en contacto conmigo mismo, de expresar mis emociones... Tal vez porque me encanta escribir y cada vez lo hacía menos y peor y quiera recuperar mi estilo, tal vez por puro egocentrismo, o tal vez porque me echo de menos...
   Así que, manos a la obra. Haya quien haya por aquí, sé bienvenido. Y gracias por volver...