7. El poder del perdón
Bueno. Me preparo para recibir críticas porque éste es quizá el más difícil. A ver cómo lo resumimos. Una buena frase es...
¿Por qué odiar a alguien que ha cometido un error? En algún momento de nuestra vida, TODOS cometeremos uno. Así que tendríamos que odiar a todo el mundo... incluídos nosotros mismos.
Es lo mismo que dijo el Jesucristo éste con eso de la primera piedra. Más que nada porque no podríamos saber cómo reaccionaríamos nosotros ante una situación igual. No solemos ponernos en la piel del otro.
Lo cierto es que no perdonar puede ser bastante perjudicial. Sobre todo si, por no hacerlo, queda en tu lugar una buena costra de resentimiento, odio, amargura... cosas que sólo te van a causar infelicidad.
Ser engañado o robado no es nada, salvo que uno siga recordándolo.
Suele decirse que el tiempo cura las heridas. Pero esto no es cierto. Una herida no queda curada ni se borra hasta que no se perdona. Y no es fácil. No vale el PERDONO PERO NO OLVIDO. No. Perdonar es hacer borrón, olvidar y dejar todo limpio.
Y no podemos acabar sin la jugada perfecta... EL PERDÓN A UNO MISMO. Algo fundamental en la vida, puesto que siempre tratamos de hacer las cosas bien, ¿no?
Lo bonito sería ser capaz de verse como un niño. Un niño al que le tenemos cariño y al que perdonamos por nuestros errores y nuestras flaquezas. Si nos viéramos así muchas de nuestras amarguras, agresividades y miedos desaparecerían. Igual merece la pena...
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