sábado, 16 de agosto de 2008

Atasco en Amsterdam


... Paseando el otro día por los canales, me metí en una calle estrecha. Una empresa de mudanzas estaba subiendo muebles al piso de arriba de una casa, mediante una rampa que pendía del camión. Obviamente, el camión tapaba la calle, y había una considerable fila de vehículos detrás. Me picó la curiosidad y me quedé esperando a ver qué pasaba. Flipo. No se escuchó ni un pitido, ni una bronca. Un conductor hablaba tranquilamente por el móvil. Otro escuchaba música, mientras un tercero leía al volante. Ni una mala cara, ni un estrés. Nada de prisas...
¿Podéis imaginaros eso en Madrid? Yo no desde luego. Parece ser que hay lugares donde saben darle al tiempo la importancia que tiene. No más...

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